Carolina es una gallina muy particular. Sumamente inconformista con el mundo que la rodea, desde su nacimiento comienza a poner en tela de juicio las normas establecidas y a reflexionar con tono de humor sobre los valores auténticos de la vida, reivindicando así sus derechos.
Autora: Concha López Narváez
Ilustrador: Juan Ramón Alonso
•Editorial: ANAYA
•Lengua: ESPAÑOL
•De 8 a 10 años
EL NACIMIENTO
Antes de nacer yo estaba formándome, muy poquito a poco, metida en un huevo.
Muy poquito a poco se hicieron mis patas, mis ojos, mi pico y todo mi cuerpo.
Pero de aquel tiempo no recuerdo nada. Mi madre me lo explicó luego. También me explicó que mientras me hacía, yo estaba dormida. Ella se sentaba encima del huevo. Con mucho cuidado para no romperlo. Así me abrigaba.
Un día desperté. Tenía calor y estaba encogida. (…)
Busqué una salida. No encontré ventanas ni tampoco puertas. Me puse nerviosa.
Grité que me abrieran, y nadie me oyó, me moví hacia un lado, me moví hacia otro, no sabía qué hacer. Pero tuve suerte, porque descubrí que tenía pico. Era fuerte y duro. Me podía servir para abrir boquetes.
Pica que te pica, abrí uno pequeño, y se metió el aire dentro de mi huevo. Se me fue el calor, y seguí picando.
Se agrandó el boquete. Saqué la cabeza, y vi que unas plumas, suaves y negras, rozaban mi cara. Eran de mi madre. Y vi sus dos alas, que estaban tapándome (…)
Quería salir pronto, y seguí picando.
Hice un gran esfuerzo, y de pronto ¡crac!: se había roto el huevo y yo había nacido. ¡Qué emoción sentí!
Comencé enseguida a andar por el mundo: salté entre los huevos. Pisé sobre pajas. Revolví las plumas suaves y negras que eran de mi madre.
Terminé muy pronto. No me gustó mucho. El mundo era chico y estaba cerrado. Había dos puertas con la llave echada: eran las dos alas con las que mi madre me tenía tapada. Y otra vez me puse nerviosa, porque me aburría.
Y entonces mi madre ahuecó las alas. El mundo se abrió y yo salí fuera.
Mi madre era guapa. Me estaba mirando con cara contenta y ojos de cariño.
Me acercó a su pecho. A mí me gustaba estar junto a ella. Pero soy inquieta por naturaleza y me cansé pronto:
-¿Por qué no nos vamos? –pregunté.
-Tengo que cuidarlos –dijo, y señaló los nueve huevos que tenía debajo.
-¿Por qué?
-Porque dentro están todos tus hermanos.
-Y qué es un hermano?
-Un hermano es alguien que re quiere mucho. Y vive en tu casa, te lo presta todo, y juega contigo.
Parecía estupendo tener nueve hermanos.
-¿Y por qué no nacen? –pregunté impaciente.
Porque están dormidos.
-Pues los despertamos. Le voy a ayudar a romper los huevos.
Mi madre movió su cabezo diciendo que no y luego añadió:
Hay cosas que las debe hacer cada uno solo. Siéntate y espera.
Me senté a esperar. ¡Uf! Como tardaban.
De pronto, vi asomar un pico en un cascarón. Di un salto de gozo: ¡mi primer hermano estaba naciendo!
Miré atentamente.
Con mucho trabajo fue abriendo un boquete. Quería ayudarle, pero recordé que hay cosas que las debe hacer uno por sí mismo.
-¡Ánimo! –le dije.
Mi hermano hizo un gran esfuerzo. El huevo crujió. Se abrió por la mitad. Y ¡allí estaba él!, nacido y contento. Y lo consiguió trabajando solo.
Así, más o menos, nacieron mis otros hermanos. Todos con esfuerzo, por sí mismos.
(Concha López Narváez. Memorias de una gallina. Ed. Anaya)
ACTIVIDADES Y LECTURAS
" MEMORIAS DE UNA GALLINA"
***POBRE PICO- FINO***
Un día mi madre miró a Pico-Fino con sus ojos serios y dijo:
- Pico- Fino, hijo, debes de comer más. No has crecido mucho. Ya sabes qué ocurre si un gallo no es fuerte.
Mi hermano tembló. Los demás pusimos cara de estar asustados. Y mi madre dijo:
- Debes comer mucho.
Y desde ese día él comió y comió. Siempre le dejábamos los granos mejores, los tiernos, los más dulces, y los más jugosos.
Pero no crecía.
Todas las mañanas mi madre tocaba su cuerpo, y se daba cuenta que nunca engordaba. Miraba su cresta, y no era más roja; medía las plumas que tenía en su cola, y no eran más largas.
¡Pobre Pico- Fino!
Había que pensar en algún remedio:
- ¿ Y si le ponemos mil plumas de pájaro tapándole el cuerpo?
- Le estarán pequeñas, y, si sopla el viento, se le soltarán.
- ¿Y si le pintamos la cresta de rojo?
- Seguirá delgado, con cola corta, además si llueve se desteñirá.
- ¡ Lo tengo! - grité - Si soplamos todos dentro de su pico, se pondrá muy gordo. Y no encogerá, aunque llueva mucho.
Soplamos, soplamos... Se llenó su buche, pero no engordó. Estaba muy raro. Con el cuerpo chico, con el buche grande, la cola corta y la cresta pálida.
Mi madre susurró:" no sirve" , y luego lloró.
Pico - Fino se puso las alas sobre la cabeza, se tapó los ojos y también lloró. Mis otros hermanos miraban con pena. Pero yo pensé.
Piensa que te piensa, una idea venía y otra se marchaba. Me dolía la cresta de tantas ideas como la apretaban. De pronto, grité:
_ ¡ Ya está! esta idea si sirve.
Extendí las alas, las agité fuerte, y en unos segundos estaba subida encima del aire.
_ Te enseñaré a volar y luego te escaparás. La valla del patio no es alta - expliqué.
_ Pero, ¿y si no aprendo a subirme al aire? Es que soy muy torpe - dijo Pico- Fino con cara de miedo.
Tuve que reñirle:
_ ¡ Que yo no te oiga decir que eres torpe!
_ Pero soy delgado.
_ Pues mucho mejor. Así pesas poco, y el aire te llevará sin ningún esfuerzo.
_ ¿A dónde me lleva?
_ ¿Y eso ahora que importa?
_ Pero ¿y si me pierdo? Mira, mejor no me escapo.
Tuve que enfadarme:
_ ¿Es que eres un bobo? ¿Quieres que te coman?
Se puso muy triste, y olvidé mi enfado. Pobre Pico - Fino, era un gallo débil, y además miedoso. Tenía que ayudarle.
_ Anda Pico-Fino, vamos a volar, es muy divertido _ le dije con voz de quererlo mucho.
Empecé enseguida a darle lecciones. Primero de volar bajito, después de volar más alto. Y le fue gustando, y hasta se reía.
Volamos a todas horas, sin pensar en nada que no fuera el aire.
Volar y volar. ¡ Era emocionante!
Volando, rozamos los árboles, hicimos carreras con los gorriones, y nos divertimos.
Un día subimos al muro que cerraba el patio. Miramos el campo, que estaba por fuera. Era enorme y verde, y no tenía vallas.
_ Me gusta. Ya no tengo miedo. Me voy a ser libre ¿Te vienes conmigo?_ me dijo.
Lo pensé un momento. Pero respondí:
_ Debes marchar solo. Si me voy contigo, y te cuido siempre, nunca serás libre.
Juntamos las alas. Nos dimos un beso. Él se echó a volar. Yo lo vi alejarse, jugar con el aire, posarse en un árbol, levantar un ala diciéndome adiós, y seguir volando. Iba alegre y libre.
_ Pobre Pico- Fino, lo matará un zorro. Suspiró mi madre.
_ No lo matará. Vivirá a su gusto. Volará muy alto, y algún día será el rey de los pájaros.
A C T I V I D A D E S
1.- Contesta las siguientes preguntas. Si es necesario vuelve a leer varias veces el texto anterior. Utiliza la información de los enlaces de internet.
¿ A qué libro pertenece el fragmento de Pico- Fino?
¿Conoces otros libros de la misma autora?
¿Conoces otros libros de la misma autora?
2.- Al siguiente fragmento, del texto que has leído sobre Pico- Fino, le faltan algunas letras. Escríbelo completo.
"Yo lo _i ale_arse, _ugar con el aire, posarse en un ár_ol, le_antar un _la diciéndome _di_s, y se_uir _olando. I_a ale_re y li_ero"
3.- Comprensión
A.- ¿Por qué le dice la madre a Pico - Fino que tiene que comer más?
B.- ¿Qué remedios pensaron para que el pollito engordase?
C.- ¿Cuál fue la solución de la gallina?
D.- ¿Por qué se enfadó la gallina con Pico- Pino?
E.- ¿Qué consiguió, al final la gallina?
F.- ¿Por qué no se fue la gallina con Pico - Fino?
4.- Expresión escrita
Escribe la primera aventura de Pico - Fino, después de conseguir la libertad
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