jueves, 7 de enero de 2016

Memorias de una gallina







Carolina es una gallina muy particular. Sumamente inconformista con el mundo que la rodea, desde su nacimiento comienza a poner en tela de juicio las normas establecidas y a reflexionar con tono de humor sobre los valores auténticos de la vida, reivindicando así sus derechos.

Autora: Concha López Narváez

 Ilustrador: Juan Ramón Alonso

•Editorial: ANAYA

•Lengua: ESPAÑOL

•De 8 a 10 años
EL  NACIMIENTO
Antes de nacer yo estaba formándome, muy poquito a poco, metida en un huevo.
Muy poquito a poco se hicieron mis patas, mis ojos, mi pico y todo mi cuerpo.
Pero de aquel tiempo no recuerdo nada. Mi madre me lo explicó luego. También me explicó que mientras me hacía, yo estaba dormida. Ella se sentaba encima del huevo. Con mucho cuidado para no romperlo. Así me abrigaba.
 Un día desperté. Tenía calor y estaba encogida. (…)
Busqué una salida. No encontré ventanas ni tampoco puertas. Me puse nerviosa.
Grité que me abrieran, y nadie me oyó, me moví hacia un lado, me moví hacia otro, no sabía qué hacer. Pero tuve suerte, porque descubrí que tenía pico. Era fuerte y duro. Me podía servir para abrir boquetes.
Pica que te pica, abrí uno pequeño, y se metió el aire dentro de mi huevo. Se me fue el calor, y seguí picando.
Se agrandó el boquete. Saqué la cabeza, y vi que unas plumas, suaves y negras, rozaban mi cara. Eran de mi madre. Y vi sus dos alas, que estaban tapándome (…)
Quería salir pronto, y seguí picando.
Hice un gran esfuerzo, y de pronto ¡crac!: se había roto el huevo y yo había nacido. ¡Qué emoción sentí!
Comencé enseguida a andar por el mundo: salté entre los huevos. Pisé sobre pajas. Revolví las plumas suaves y negras que eran de mi madre.
Terminé muy pronto. No me gustó mucho. El mundo era chico y estaba cerrado. Había dos puertas con la llave echada: eran las dos alas con las que mi madre me tenía tapada. Y otra vez me puse nerviosa, porque me aburría.
Y entonces mi madre ahuecó las alas. El mundo se abrió y yo salí fuera.
Mi madre era guapa. Me estaba mirando con cara contenta y ojos de cariño.
Me acercó a su pecho. A mí me gustaba estar junto a ella. Pero soy inquieta por naturaleza y me cansé pronto:
-¿Por qué no nos vamos? –pregunté.
-Tengo que cuidarlos –dijo, y señaló los nueve huevos que tenía debajo.
-¿Por qué?
-Porque dentro están todos tus hermanos.
-Y qué es un hermano?
-Un hermano es alguien que re quiere mucho. Y vive en tu casa, te lo presta todo, y juega contigo.
Parecía estupendo tener nueve hermanos.
-¿Y por qué no nacen? –pregunté impaciente.
Porque están dormidos.
 -Pues los despertamos. Le voy a ayudar a romper los huevos.
 Mi madre movió su cabezo diciendo que no y luego añadió:
Hay cosas que las debe hacer cada uno solo. Siéntate y espera.
Me senté a esperar. ¡Uf! Como tardaban.
De pronto, vi asomar un pico en un cascarón. Di un salto de gozo: ¡mi primer hermano estaba naciendo!
 Miré atentamente.
Con mucho trabajo fue abriendo un boquete. Quería ayudarle, pero recordé que hay cosas que las debe hacer uno por sí mismo.
-¡Ánimo! –le dije.
Mi hermano hizo un gran esfuerzo. El huevo crujió. Se abrió por la mitad. Y ¡allí estaba él!, nacido y contento. Y lo consiguió trabajando solo.
Así, más o menos, nacieron mis otros hermanos. Todos con esfuerzo, por sí mismos.
(Concha López Narváez.  Memorias de una gallina.  Ed. Anaya)



ACTIVIDADES Y LECTURAS


LEER  EL  SIGUIENTE  CAPITULO  DEL  LIBRO:
 " MEMORIAS DE UNA GALLINA"
***POBRE  PICO- FINO***
Un  día  mi  madre  miró  a  Pico-Fino  con  sus  ojos  serios  y  dijo:
- Pico- Fino, hijo, debes  de  comer  más.  No  has crecido  mucho.  Ya  sabes  qué  ocurre  si  un  gallo  no  es  fuerte.
   Mi  hermano  tembló.  Los  demás  pusimos  cara  de  estar  asustados.  Y  mi  madre  dijo:
-  Debes  comer  mucho.
Y  desde  ese  día  él  comió  y  comió.  Siempre  le  dejábamos  los  granos  mejores,  los  tiernos,  los  más  dulces, y  los  más  jugosos.
Pero  no  crecía.
   Todas  las  mañanas  mi  madre  tocaba  su  cuerpo,  y  se  daba  cuenta  que  nunca  engordaba.  Miraba  su  cresta,  y  no  era  más  roja;  medía  las  plumas  que  tenía  en  su  cola,  y  no  eran  más  largas.
   ¡Pobre  Pico- Fino!
Había  que  pensar  en  algún  remedio:
- ¿ Y si  le  ponemos  mil  plumas  de  pájaro  tapándole  el  cuerpo?
- Le  estarán  pequeñas, y,  si  sopla  el  viento,  se  le  soltarán.
- ¿Y si  le  pintamos  la  cresta  de  rojo?
- Seguirá  delgado, con  cola  corta,  además  si  llueve  se  desteñirá.
- ¡ Lo  tengo! -  grité - Si  soplamos  todos  dentro  de  su  pico,  se  pondrá  muy  gordo.  Y  no  encogerá,  aunque  llueva  mucho.
  Soplamos,  soplamos... Se  llenó  su  buche,  pero  no  engordó.  Estaba  muy  raro.  Con  el  cuerpo  chico,  con  el  buche  grande,  la  cola  corta  y  la  cresta  pálida.
   Mi  madre  susurró:" no  sirve" ,  y  luego  lloró.
Pico - Fino  se  puso  las  alas  sobre  la  cabeza,  se  tapó  los  ojos  y  también  lloró. Mis  otros  hermanos  miraban  con  pena.  Pero  yo  pensé.
 Piensa  que  te  piensa,  una  idea  venía  y  otra  se  marchaba.  Me  dolía  la  cresta  de  tantas  ideas  como  la  apretaban.  De  pronto,  grité:
_ ¡ Ya  está! esta  idea  si  sirve.
Extendí  las  alas,  las  agité  fuerte,  y  en  unos  segundos  estaba  subida  encima  del  aire.
_ Te  enseñaré  a  volar  y  luego  te  escaparás. La  valla  del  patio  no  es  alta - expliqué.
_ Pero, ¿y  si  no  aprendo  a  subirme  al  aire? Es  que  soy  muy  torpe - dijo  Pico- Fino  con  cara  de  miedo.
Tuve  que  reñirle:
_ ¡ Que  yo  no  te  oiga  decir  que  eres  torpe!
_ Pero  soy  delgado.
_ Pues  mucho  mejor. Así  pesas  poco, y  el  aire  te  llevará  sin  ningún  esfuerzo.
_ ¿A  dónde me lleva?
_ ¿Y eso  ahora  que  importa?
_ Pero ¿y si  me  pierdo? Mira, mejor no me escapo.
Tuve que enfadarme:
_ ¿Es que eres un bobo? ¿Quieres que te coman?
Se puso muy triste, y olvidé mi enfado. Pobre Pico - Fino, era un gallo débil, y además miedoso. Tenía que ayudarle.
_ Anda Pico-Fino, vamos a volar, es muy divertido _ le dije con voz de quererlo mucho.
   Empecé  enseguida a darle lecciones. Primero de volar bajito, después de volar más alto.  Y le fue gustando, y hasta se reía.
  Volamos a todas horas, sin pensar en nada que no fuera el aire.
  Volar  y  volar. ¡ Era  emocionante!
   Volando, rozamos  los  árboles,  hicimos  carreras  con  los  gorriones,  y  nos  divertimos.
Un  día  subimos  al  muro  que  cerraba  el  patio.  Miramos  el  campo,  que  estaba  por  fuera.  Era  enorme  y  verde,  y  no  tenía  vallas.
_ Me gusta. Ya no tengo miedo. Me voy a ser libre ¿Te  vienes conmigo?_ me  dijo.
  Lo pensé un momento. Pero respondí:
  _ Debes  marchar  solo.  Si  me  voy  contigo, y  te  cuido  siempre,  nunca  serás  libre.
Juntamos  las  alas.  Nos  dimos  un  beso. Él  se  echó  a  volar.  Yo  lo  vi  alejarse, jugar  con  el  aire,  posarse  en  un  árbol, levantar un ala diciéndome adiós, y seguir volando.  Iba  alegre  y  libre.
_ Pobre  Pico- Fino, lo matará un zorro. Suspiró mi madre.
_ No  lo  matará.  Vivirá  a  su  gusto.  Volará  muy  alto,  y  algún  día  será  el  rey  de  los  pájaros.
  
  
    A C T I V I D A D E S
1.-  Contesta las siguientes preguntas. Si es necesario vuelve a leer  varias  veces el  texto  anterior.  Utiliza  la  información de los enlaces de internet.
  ¿ A qué libro pertenece el fragmento de Pico- Fino?


  ¿Conoces otros libros de la misma autora?
 2.- Al  siguiente  fragmento,  del  texto  que  has  leído  sobre Pico- Fino, le  faltan  algunas  letras. Escríbelo  completo.
"Yo  lo  _i    ale_arse,  _ugar  con  el  aire,  posarse  en  un  ár_ol,  le_antar  un  _la  diciéndome   _di_s,  y  se_uir  _olando.  I_a  ale_re  y  li_ero"
3.- Comprensión
A.- ¿Por  qué  le  dice  la  madre   a  Pico - Fino  que  tiene  que  comer  más?
B.- ¿Qué  remedios  pensaron  para  que  el  pollito  engordase?
C.- ¿Cuál  fue  la  solución  de  la  gallina?
D.- ¿Por  qué  se  enfadó  la  gallina  con  Pico- Pino?
E.- ¿Qué  consiguió,  al  final  la  gallina?
F.-  ¿Por  qué  no  se  fue  la  gallina  con  Pico - Fino?

4.- Expresión  escrita

Escribe  la  primera  aventura  de  Pico - Fino,  después  de  conseguir  la  libertad


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